Luis Alberto Quesada, el darrer brigadista argentí

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Reproduïm l'article de Jerónimo Boragina, historiador, escriptor, documentalista i director de l'AVAGCE (Archivo de Voluntarios de Argentina en la Guerra Civil Española) sobre la figura de Luis Alberto Quesada, el darrer brigadista argentí que ens va deixar el passat dia 12 de desembre de 2015:

"Hace pocos días nos dejó el último voluntario argentino que combatió en la España Republicana. Luis Alberto Quesada falleció el sábado 12 con sus 96 años de lucha y valentía.

Todavía recuerdo la imagen viva cuando lo entrevisté en un café por Avenida de Mayo en agosto de 2004. Tenia 81 años, pero tanta vitalidad que cuando nos conocimos volvió rápidamente a su departamento a media cuadra y me regalo tres libros que había escrito.
La gente nos miraba, Luis nunca perdió esa tonada media española y media porteña, hablando de guerra, cárcel y sufrimiento. ¿Porqué un joven estaría filmando a un viejito con tanto ímpetu en el medio de un bar? ¿Quién era ese señor se preguntaban?

Ahí me di cuenta también que nuestro país no sólo no sabía quien era ese hombre -que hacia meses era reconocido como ciudadano ilustre de la ciudad de Buenos Aires- sino que tampoco conocía la historia de los voluntarios argentinos.

Pero la vida de Luis Alberto reúne la historia de muchos hombres y mujeres. Nacido en el barrio de Lomas de Zamora el 22 de agosto de 1919, regresó con sus padres andaluces y un hermano a España a los pocos años.

Viviendo en Madrid, se enroló con 16 años a las milicias antifascistas comenzada la guerra, y cumplió 17 combatiendo en la Sierra de Guadarrama. Fue nombrado sargento por sus compañeros y luego al crearse el Comisariado de Guerra, fue nombrado Comisario de compañía, batallón, brigada y, accidentalmente, comisario de división. Ha desempeñado también en el transcurso de la contienda el cargo de Capitán, siendo Jefe de Servicios del Estado Mayor del Coronel Galán en el frente de Cataluña. En esta lucha es donde conoce y adhiere al comunismo que lo acompañara durante toda su vida. Al integrar el Ejército Republicano le ofrecieron nacionalizarse español o integrar las Brigadas Internacionales, pero él prefirió compartir con sus compañeros y no renunciar a su ciudadanía argentina. Fue uno de los comisarios políticos más jóvenes durante la guerra a hacerse cargo de la 68 Brigada.

En retirada por el Pirineo hacia la frontera de Francia, fue internado en los campos de concentración, y al estallar la II Guerra Mundial es trasladado a fortificar la frontera Belga para extender las fortificaciones de la Línea Maginot, y es elegido por votación de los integrantes del grupo, como Jefe ante las autoridades francesas.

Al comenzar la ocupación de Francia por las tropas alemanas, Quesada, desde el norte, llega hasta Burdeos en bicicleta, y junto a patriotas franceses, argentinos y excombatientes españoles organizan la Resistencia, en cuya Dirección Departamental permanece hasta su salida de Francia. En Burdeos, en donde ha contraído matrimonio con Asunción Allué, la Gestapo lo identifica por sus actividades  y lo busca intensamente. Su mujer está embarazada y tienen que cambiar permanentemente de domicilio. Espera a que Asunción dé a luz y, por necesidades de la lucha, pasa a España vinculado a los grupos que actúan contra la dictadura fascista del General Franco. A los pocos meses es detenido. Un miembro de la resistencia se ha puesto al servicio de la policía, después de haber sido detenido. Lo entrega a él y a otros y en Francia convence a Asunción diciéndole que su marido la llama. Con su hijo recién nacido, al regresar, es detenida también. En los calabozos de la Dirección General de Seguridad, en el Ministerio de Gobernación de Madrid, en la Puerta del Sol, Quesada, desde su celda escucha un niño que llora. No sabía que era su hijo. Al demostrarse que está desligada de responsabilidades, es puesta en libertad. Quesada sigue en los sótanos del Ministerio de la Gobernación. Durante quince días y quince noches lo han tenido con las manos esposadas a la espalda, sometido a palizas, interrogatorios, focos proyectados sobre la cabeza, la careta antigás que produce asfixia. En aquellos días han matado a Bonifacio Fernández por aplicación de corrientes eléctricas y han suspendido ese sistema de torturas. Este calvario dura cinco meses. Trasladado a la cárcel de General Porlier, es alojado en un sótano sin ventanas (cubiertos los huecos con chapas) en donde el Juez lo recluye por “peligroso”. Luego de ser juzgado a pena de muerte, por gestiones de sus parientes en Argentina y de entidades que presionan a la Embajada Española en Buenos Aires, y de la situación de la guerra, se le conmuta la pena por la de Cadena Perpetua. Es trasladado a la Prisión Central de Burgos. Allí pasa el mayor tiempo de su reclusión, unos 13 años, y realiza una labor múltiple. Despliega actividad cultural en la escuela del establecimiento e ilegal en las galerías o dormitorios. Se hacen boletines de noticias, revistas, charlas, conferencias, todo ello con carácter clandestino. Hay infinidad de luchas por la dignidad de los presos. Pasa períodos largos, de meses, en celdas de castigo. Organiza, con otros compañeros, el grupo de cultura “La Aldaba” que toma el nombre de uno de los cuentos de Quesada. Por el trabajo del conjunto del penal, los presos de otros presidios llaman al de Burgos “la Universidad”. Cuando en la Argentina se restituyen parte de las libertades democráticas y es elegido Presidente el Dr. Frondizi, por iniciativa del escritor y periodista Manuel Cerbán Rivas, tío de Quesada, y entidades culturales y sociales que toman el problema, se presiona desde el Parlamento, Senado,etc., para conseguir la libertad de los argentinos presos en España.

Luis Alberto Quesada y Juan Arhancet, otro argentino que pasó también 17 años preso por cuestiones políticas, son expulsados de España, conmutada su Cadena Perpetua por la pena de Extrañamiento Perpetuo. Al llegar a Buenos Aires él y Juan Arhancet, se incorporan como pro-secretarios de la Organización para la Amnistía de los Presos Políticos de España y Portugal. El movimiento Pro Amnistía es disuelto por las presiones del Gobierno de Onganía. Juan Arhancet fallece de una fatal enfermedad. Luis Alberto Quesada participa todos estos años en encuentros, actos en favor de la libertad de España, recitales, conferencias sobre poetas e intelectuales asesinados, encarcelados, perseguidos o desterrados por el franquismo. Participa en mesas redondas, en diarios, audiciones radiales y en televisión, a cuyos programas es convocado. Es en el local del Centro Betanzos donde se realizaban los trabajos y reuniones diarias, y en la Federación de Asociaciones Gallegas donde se mantenía en funcionamiento el Centro Republicano Español de Buenos Aires. Mantuvo una fuerte relación con quien fue su jefe en España, Franciso “Paco” Galan, quien residió en Buenos Aires exiliado de la guerra civil.

Tuvimos el honor de tener a Luis Alberto recitando sus poemas en la presentación del documental “Esos mismos Hombres” en octubre de 2006. Hombre alegre e infatigable luchador por la libertad y la justicia humana, dio fe de todos sus valores en su importante obra narrativa y poetica.
Se nos fue un hombre colectivo, uno de los más de 900 argentinos que combatieron a favor de la libertad en España. Pero nos dejó su palabra viva, para recuperarla y usarla como dice uno de sus poemas: “ O creamos el hombre colectivo o morirá el hombre verdadero”".